La reforma del sistema de subsidios a la electricidad igualará costos entre las estaciones de GNC

Una resolución de la Secretaría de Energía incrementa en un 90 por ciento el precio de la energía para unos 6200 grandes usuarios de distribuidoras, entre los cuales se encuentran una parte importante de la red de expendio de gas vehicular.

Qué esperar de la agenda de la industria energética en 2021

Varios empresarios de la industria energética se ilusionaban a mediados del año pasado con construir una agenda que edificara en 2021 el desarrollo a mediano y largo plazo del sector. La post-pandemia emergería, desde esa creencia, en los primeros meses de este año cargada de frescura y aires de crecimiento. No es la fotografía que se observa ahora. La realidad, por el contrario, se presenta como una continuidad del año que se fue, con el COVID-19 aún en el centro de escena. Incierta, compleja, opaca y con escaso nivel de expectativas positivas. De un relevamiento entre líderes del mercado se desprende que lo que prima es, entre los moderados, el escepticismo. Y entre los sanguíneos, la crítica.

No va a ser, en definitiva, un año sencillo. Los pilares de la agenda actual consolidan una coyuntura gris en la que predomina la falta de certezas en los grandes temas. No está claro, por ejemplo, qué pasará con las tarifas residenciales de gas y electricidad, bastión clave para saber cómo responderán los precios relativos de la energía. Tampoco existe confirmación acerca de cómo evolucionarán los precios de los combustibles, fuente de financiamiento de YPF e, indirectamente, del resto de los productores de crudo.

La política, a su vez, se debe una discusión interna en torno a cuál será la política para la industria energética del gobierno de Aberto Fernández. La prioridad, hasta ahora y como es entendible, estuvo en la pandemia. Pero en el debe todavía está la definición de qué hacer con algo tan clave para la economía como es la industria energética. Lo que se vislumbra, entonces, según la mayoría de los pronósticos, es una agenda sucia, espasmódica, en la que los temas se irán ordenando inercialmente en la medida en que la urgencia los convierta en ineludibles.

Falta de un liderazgo claro  

El déficit principal que arrastró la política energética durante el primer año de gobierno de Alberto Fernández fue la falta de una conducción política clara en el sector. Apenas asumió, el presidente designó como secretario de Energía a Sergio Lanziani, quien nunca terminó de ponerse al frente del área y fue desplazado en los hechos por el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, quien articuló la gestión del área con dos bastoneros: Juan José Carbajales en hidrocarburos y Esteban Kipper en electricidad.

Pese a ello, Kulfas nunca terminó de tener el control del área porque, desde el inicio del gobierno, Cristina Fernández de Kirchner se aseguró el control de los entes reguladores, donde puso a Federico Bernal (Enargas) y Federico Basualdo (ENRE). Ninguno de esos funcionarios reportaba a Kulfas y Bernal directamente lo desafiaba públicamente sembrando dudas en los medios de comunicación sobre la conveniencia de avanzar con el Plan Gas que Kulfas estaba impulsando.

Finalmente, a fines de agosto el presidente le quitó a Kulfas el control del área energética, que pasó a la órbita del Ministerio de Economía, y aprovechó para poner como secretario de Energía a Darío Martínez, en reemplazo del fantasmal Lanziani. Martínez contó con el visto bueno de Cristina Fernández de Kirchner, pero no logró consolidarse como el hombre fuerte del área, en parte porque los funcionarios que responden directamente a la vicepresidenta no se subordinaron a su conducción sino que recortaron el poder de decisión del secretario.

El mejor ejemplo de este avance lo constituyó el DNU que en diciembre le atribuyó a los entes reguladores la renegociación tarifaria, dejando en un segundo plano a la Secretaría de Energía. Desde entonces, Bernal y Soledad Manin, la mano derecha que Basualdo dejó en el ENRE cuando asumió como subsecretario de Energía Eléctrica, son los encargados de discutir con las empresas el sendero de transición tarifaria para los próximos meses.

Tarifas  

«No se puede producir en pesos y pagar tarifas dolarizadas, vamos a desdolarizar las tarifas y seguirán el ritmo del salario y el ingreso de los argentinos», aseguró Alberto Fernández en junio de 2019, durante la campaña electoral que lo llevaría a la presidencia. Con una inflación en torno al 40%, la promesa presidencial hacía prever un ajuste tarifario en línea con la evolución de los precios o incluso un poco por debajo, si es que los salarios perdían contra la inflación. Sin embargo, durante 2020 la inflación trepó 36,1% y hasta octubre de 2020 el índice de salarios que publica el Indec había registrado una variación interanual de 32,9%, y las tarifas permanecieron congeladas, lo que significó una fuerte reducción en términos reales.

El primer congelamiento se estableció en diciembre de 2019 a través del artículo 5 de la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva. Estaba previsto que rigiera hasta marzo, pero el gobierno justificó su prórroga a raíz del impacto provocado por la pandemia. Apenas asumió, Darío Martínez dejó en claro que la intención del presidente era avanzar con un descongelamiento a partir de enero de 2021, pero en diciembre se decidió una nueva prórroga del congelamiento por otros 90 días.

Desde el gobierno afirman que se avanzará en un esquema de transición mientras se encara la renegociación de la revisión tarifaria integral, pero por ahora no hay ningún porcentaje de aumento confirmado y las primeras versiones indican que, si hay ajuste, se ubicaría muy por debajo de la inflación. Esa situación obligaría a incrementar todavía más las partidas destinadas a subsidios económicos en un contexto de crecientes restricciones fiscales. La contracara de esa política es el impacto en la calidad del servicio, pues las empresas dejaron en claro que con tarifas congeladas y costos que trepan al ritmo de la inflación es imposible invertir para garantizar el mantenimiento y la expansión del servicio.

Cadena de pagos del sector eléctrico 

El congelamiento tarifario tuvo como consecuencia durante 2020 un fuerte incremento de la deuda que las distribuidoras mantienen con Cammesa. El pasivo acumulado hasta diciembre, por transacciones concretadas hasta octubre, trepó a $ 142.887 millones y la tasa de cobrabilidad se derrumbó en apenas un año del 84% al 55%. Lo que hacen las compañías es dejar de pagar la energía que reciben del sistema para tratar de preservar lo más posible la situación de su caja.

Una primera iniciativa para tratar de regularizar esto fueron los artículos 18 y 19 de la ley de ampliación del Presupuesto 2020, que contemplaban créditos para las distribuidoras eléctricas. El artículo 18 les reconocía a las distribuidoras créditos equivalentes a tres veces la factura media mensual del último año que debían pagar en el Mercado Eléctrico Mayorista. A su vez, en el artículo 19 se aclaraba que esos créditos serían aplicados solo a las distribuidoras que al 20 de octubre de este año no posean deuda en el MEM o hayan adherido a un plan de refinanciación con Cammesa.

Ese plan de pagos no debía exceder las 60 cuotas mensuales. Además, las distribuidoras tendrían 12 meses de gracia y deberían tener que pagar una tasa de interés equivalente al 50% de la vigente en el MEM. El texto aclaraba, además, que la tasa de interés diferida se aplicaría a partir del 1 de enero de 2019 para la determinación de la deuda que cada distribuidora se comprometiera a cancelar. Sin embargo, cerca de la vicepresidenta consideraron que ambos artículos beneficiaban excesivamente a las compañías y el presidente los terminó vetando.  

En su reemplazo se incluyó el artículo 87 de la ley de Presupuesto 2021, que creó un régimen crediticio especial para distribuidoras eléctricas con la intención de que sirva para financiar las deudas. «El régimen de regularización de obligaciones deberá establecer criterios diferenciados para lo cual deberá considerar (…) la situación social media de sus usuarias y usuarios y priorizar la obtención de un grado equivalente de desarrollo entre regiones», establece la norma, que fue pensada para reordenar la cadena de pagos del sector eléctrico y evitar que los subsidios energéticos se disparen aún más en 2021. Sin embargo, su redacción no es precisa y requerirá una reglamentación que especifique cuáles serán los criterios para asignar un crédito de mayor o menor envergadura a las distintas distribuidoras.

Combustibles 

Los precios de los combustibles estuvieron congelados de hecho desde el 1 de diciembre de 2019 hasta el 19 de agosto de 2020, pero en los últimos cinco meses el gobierno le dio luz verde a una serie de subas que ya acumulan 35%. El ajuste fue producto del aumento del precio de los biocombustibles, la suba de impuestos y recomposición parcial de la renta empresaria.

El problema es que desde el 19 de agosto el precio del Brent trepó de u$s 45 a 55, según la cotización del pasado 18 de enero. A raíz de esa variación, pese a las reiteradas subas que se registraron en los surtidores en los últimos meses, los precios todavía permanecen entre 10% y 15% por debajo de la paridad de importación.

Si se proyecta un crudo de u$s 55 promedio para este año, los combustibles deberían recomponer entre 10% y 15% para alcanzar la paridad de importación y luego acompañar una inflación que se proyecta en torno al 50%, ya que la recuperación de la economía le sumará presión a los precios.

La mayoría de los analistas coinciden en que será prácticamente imposible esperar a que el gobierno autorice un incremento en los precios de semejante naturaleza a pocos meses de las elecciones legislativas. Por lo tanto, si el precio internacional del crudo no baja, lo más probable es que el atraso en los precios se profundice.

Inversión en gas

El congelamiento tarifario y la demora para impulsar el Plan Gas profundizó durante 2020 el freno a la inversión, que ya había comenzado en 2019 cuando Mauricio Macri pesificó el precio del crudo. La expectativa del gobierno, según un documento oficial distribuido en diciembre, es que el Plan Gas impulse una inversión de u$s 6.500 millones hasta 2024. Además, que la recuperación proyectada de la producción derive en un ahorro de  u$s 9.200 millones en divisas por las menores importaciones que se requerirán.

En la industria energética coinciden en que el Plan Gas ayudará a frenar la declinación de la producción, pero afirman que el rebote será moderado con respecto a la actividad que llegó a tener Vaca Muerta en los últimos años. La consecuencia será una mayor tensión con los gremios. La prohibición de los despidos durante 2020 ayudó a contener la situación, pero en cuanto esa medida se levante muchas empresas tienen previsto reducir personal.

Fuente: econojournal.com.ar

El cierre de fábricas durante la pandemia provocó que la demanda eléctrica cayera 3,1% el año pasado

Los sectores no residenciales y de grandes usuarios, que representan poco más del 50% de la demanda eléctrica, mostraron fuertes caídas consecuencia de la cuarentena. Los hogares consumieron más.

La pandemia y la cuarentena repercutió fuertemente en muchos sectores económicos, en especial en los sectores industriales que no son esenciales que vieron cerrar las puertas de sus fábricas por varios meses.

Este cierre, y la caída en la demanda de sus productos, se vio reflejado en un indicador que hoy el Gobierno sigue con atención: el consumo de energía. Tanto es así que los números reflejan que, a pesar que buena parte de la población estuvo mucho tiempo en sus hogares consumiendo electricidad, el 2020 cerró con una caída de 3,16% en la demanda eléctrica.

Así se desprende del informe anual de la Asociación de Distribuidoras de Energía de la República Argentina (Adeera) el cual señala que en ese contexto de caída en el número final, en la Ciudad y el Gran Buenos Aires que la mayor participación (39,07%) en el total de energía del país, la demanda eléctrica también se redujo un 0,32 por ciento.

El segmento de demanda eléctrica residencial presentó un crecimiento del 8,66%. Este valor tiene su justificación en la evolución de las medidas adoptadas durante la emergencia sanitaria decretada por DNU 311/20 (ASPO) a partir del 19 de marzo del 2020. Los restantes segmentos de demanda presentaron decrecimiento.

El mes con mayor crecimiento de consumo fue marzo, alcanzando el 6,93% respecto a igual mes de 2019. El de menor crecimiento fue abril, con una caída relativa del 14,48%, respecto a abril 2019. En ese momento fue uno de los puntos más altos del proceso de aislamiento que se vivió durante el 2020.

A la hora del desagregado por sectores se observa que la demanda eléctrica residencial de menos de 10 kw que representa al 48,8% del total creció 8,6%, este crecimiento en el consumo de los hogares -consecuencia de que la población pasó mayor cantidad de tiempo en sus hogares, el crecimiento del home office, etc- fue el causante que algunos hogares recibieran subas en sus boletas a pesar de que las tarifas estuvieron congeladas. Lo que sucedió en algunas casas fue que el consumo se incrementó y se pasaron de categorías lo hizo que entraran en otro cuadro tarifario.

Pero aunque en los hogares se mostró un importante crecimiento de la demanda eléctrica, no fue suficiente para contener la caída que mostró la demanda de las industrias y los grandes consumidores. Este sector que representan el 51,2% la caída fue pronunciada. Para los no residenciales de menos de 300 kw (28,1% de la demanda) la merma fue de 7,22%; para los de mas de 300 kw (9,5% de la demanda) la baja alcanzó al 10,04%. En el caso del segmento señalado como Grandes Usuarios del MEM que representa el 13,6% del total de la demanda, la caída fue la más pronunciada y alcanzó a un 22,16% en comparación al consumo de 2019.

El dato del consumo energético es seguido de cerca por los funcionarios del Ministerio de Desarrollo Productivo quienes todo el tiempo reciben informes de Cammesa, tanto es así que el ministro Matías Kulfas señaló que en enero pasado el 58% de las fábricas demandó más electricidad que en enero de 2020, en la previa a que se desatara la pandemia.

El trabajo de la entidad que aglutina a todas las empresas distribuidoras de energía eléctrica del país señala que provincias de mayor crecimiento (del orden del 4%) fueron Catamarca, Santiago del Estero y Formosa.

La contracara estuvo del lado de las provincias patagónicas en donde se observó que los menores niveles de crecimiento (en ningún caso alcanza al 2%), fueron Chubut, Neuquén y Río Negro.

En particular, la Provincia de Chubut fue afectada por un temporal que sacó de servicio las LLAATT 330 kV Futaleufú-Madryn, aún fuera de servicio, explica el trabajo.

Fuente: www.infobae.com

 

Las tarifas de gas habrían aumentado 130% con el cuadro tarifario anterior

«Esos son aumentos que no son razonables. Por eso, vamos a meter en la balanza todo, los años de las tarifas de gas de Macri y la pandemia del año pasado y la de éste, más lo que la ciudadanía exprese» en la audiencia pública prevista para el 16 de marzo.

A su criterio, «las tarifas de Macri dejaron de existir. Y en el caso de que se definieran aumentos, debería haber un abaratamiento del servicio». Bernal sostuvo en declaraciones radiales que, durante la audiencia, «la ciudadanía deberá hacer su descargo y, en función de eso, se decidirá si se aumenta o no».

El titular del Enargas dijo que durante el gobierno anterior «las audiencias eran una mera postura de reclamos de la ciudadanía que jamás se tenían en consideración». La audiencia prevista para el mes próximo tiene como fin iniciar el descongelamiento de las tarifas de transporte y distribución de electricidad por redes. La convocatoria se realizará de manera virtual y el Enargas convocó esta semana a usuarios, empresas, expertos y representantes de asociaciones de defensa de los consumidores, entre otros.

La audiencia pública tiene como objetivo central poner a consideración el Régimen Tarifario de Transición (RTI), acorde con el Decreto 1020/20 que firmó el presidente Alberto Fernández. De acuerdo con lo dispuesto, el registro de participantes y oradores se abrirá el lunes a través de la web del ente regulador.

Las licenciatarias de los servicios públicos de transporte y distribución de gas natural y Redengas SA deberán presentar ante el Enargas -en un plazo que concluye el 25/2- los cuadros tarifarios de transición propuestos.

Fuente: www.baenegocios.com

Santa Fe (EPE): construirán dos líneas eléctricas en Monte Oscuridad

La Empresa Provincial de la Energía (EPE) abordó en su sede central, de la ciudad de Santa Fe, detalles para la construcción de líneas eléctricas en localidades del departamento San Cristóbal, que vienen solicitando su concreción desde hace muchos años.

Del encuentro participaron la directora de la EPE, Gisela Wild; y los presidentes comunales de Villa Trinidad, José Luis Sánchez; y de Monte Oscuridad, Daniel Boscarol; los concejales de San Guillermo, Sonia Martina; Gustavo Bagnasco y Luciano Parola; y de Suardi: Roberto Pelussi.

En la oportunidad, los representantes de algunas localidades del departamento San Cristóbal manifestaron las necesidades que en materia energética vienen demandando desde hace varios años a las distintas autoridades provinciales.

“Esperamos que esta nueva gestión aliente la concreción de obras para sectores postergados, que demandan mejoras en la prestación del servicio para ayudar a los emprendimientos productivos, especialmente de los sectores rurales”, afirmaron.

En ese sentido, Wild destacó el compromiso de la conducción de la empresa para recepcionar las inquietudes de los representantes de cada localidad de la provincia y encontrar los caminos propicios para dar respuesta a esa demanda.

Wild informó sobre la resolución N°21 del Directorio, del 27 de enero pasado, que aprobó el llamado a licitación pública para la construcción de líneas eléctricas, financiadas por el fondo de electrificación rural en el distrito Monte Oscuridad, que se abrirán el 11 de marzo, con un presupuesto de casi $ 50 millones.

La obra tiene como objeto la construcción 21.500 metros de líneas de media tensión y el montaje de doce puestos aéreos de transformación, para el suministro trifásico en zona rural de esa región.

Descongelamiento de tarifas: el Gobierno y las empresas de electricidad comenzarán a discutir los aumentos que aplicarían desde marzo

El ENRE avanzará con Edesur y Edenor hacia una “adecuación transitoria” de lo que deben pagar los usuarios hasta que se arribe a un acuerdo definitivo entre el Poder Ejecutivo y las prestadoras de energía eléctrica.

El Gobierno Nacional avanza con el descongelamiento de las tarifas cuyos aumentos comenzarían a regir recién en el mes de marzo. En conjunto con las empresas de electricidad discutirá un cuadro tarifario de carácter “transitorio” hasta que se arribe a un acuerdo definitivo entre el Poder Ejecutivo y las prestadoras de energía eléctrica.

A fines de 2019, cuando el Congreso aprobó la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva declarando la emergencia pública tarifaria y energética, entre otras, se le delegó al Gobierno facultades para “reglar la reestructuración tarifaria del sistema energético con criterios de equidad distributiva y sustentabilidad productiva”. Es decir, se facultó al Poder Ejecutivo a mantener las tarifas de electricidad y gas natural bajo jurisdicción federal y a iniciar un proceso de renegociación de la revisión tarifaria integral (RTI) vigente.

Por decreto, el pasado 16 de diciembre, se determinó el inicio de la RTI vigente. La ley de Solidaridad Social faculta además al Gobierno a dar inicio a una revisión de carácter extraordinario “propendiendo a una reducción de la carga tarifaria real sobre los hogares, comercios e industrias”. En efecto, el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) fue encomendado para realizar el proceso de renegociación de las revisiones tarifarias.

Este jueves, a través de la Resolución 16/2021 publicada en el Boletín Oficial, el ENRE dio inicio al “procedimiento de adecuación transitoria de las tarifas con el objetivo de establecer un Régimen Tarifario de Transición, hasta tanto se arribe a un acuerdo definitivo de renegociación”, por lo que convocó a las empresas Edenor y Edesur a participar del mismo.

El ENRE estará a cargo de las instancias de participación ciudadana “convocando a las personas usuarias y a las Asociaciones de Defensa del Consumidor, a fin de ser informados de las distintas etapas del citado procedimiento, garantizando su publicidad y el derecho de acceso a la información”.

Cabe recordar que por las tarifas se encuentran congeladas por decreto hasta mediados de marzo, sin embargo la actualización de las mismas podría darse antes de esa fecha con la entrada en vigencia de los “cuadros tarifarios transitorios”.

A principios de 2020, una auditoria llevada a cabo por el ENRE y el ENARGAS determinó que “las tarifas que registraron aumentos sustanciales para los servicios públicos no han sido justas, ni razonables, ni transparentes”. Por ello, propusieron al Poder Ejecutivo iniciar el proceso de renegociación de la revisión tarifaria que se vio postergado por la pandemia de COVID-19. Se mantuvo el congelamiento de tarifas a lo largo de todo el año y se prohibió el corte de servicios ante pagos adeudados. Estas circunstancias imposibilitaron el desarrollo de modificaciones en las tarifas de energía, aunque a partir de informes técnicos realizados por la Subsecretaría de Hidrocarburos y de la Subsecretaría de Energía Eléctrica, el Gobierno a través de sus entes se vio en la necesidad de avanzar con el proceso referido.

¿Cuánto subirán las tarifas?

Al día de hoy se desconoce el porcentaje oficial de aumento que impactará en los servicios, sin embargo fuentes del sector energético analizaban el mes pasado que podría ser alrededor del 35%.

En noviembre cuando el secretario de Energía, Darío Martínez, confirmó que las subas de la luz y el gas – descongelamiento de tarifas – se aplicarían entre marzo y abril de 2021, aclaró que sería con un esquema diferenciado según los ingresos de cada usuario.

“Hay que ver cómo está el país, cómo está el poder adquisitivo. Esto es fundamental. Nos interesa ver qué capacidad de afrontar tarifas tiene la sociedad argentina. Tenemos claro no aumentar los subsidios en términos porcentuales que están en 1,7% del PBI y no volver a las tarifas de la gestión anterior. Una vez que comience el descongelamiento de tarifas, pasaremos a una transición”, había adelantado Martínez.

La demanda de energía eléctrica fue récord por las altas temperaturas

«Según Cammesa a las 14.50 alcanzamos nuestro récord histórico de demanda de energía con 5.278 MW. Estamos operando satisfactoriamente con el 99,92% de nuestros clientes con suministro», indicó Edenor.

La demanda de energía eléctrica fue récord por las altas que se registraron en la jornada, informó la prestadora Edenor, operadora en la zona norte de la Ciudad de Buenos Aires y de la región noroeste del conurbano.

«Según Cammesa a las 14.50 alcanzamos nuestro récord histórico de demanda con 5.278 MW. A pesar de las temperaturas superiores a los 35°, estamos operando satisfactoriamente con el 99,92% de nuestros clientes con suministro», indicó la empresa por la red social Twitter.

Por su parte, Edesur, la operadora encargada del servicio en la zona sur tuvo una demanda de 3900 MW por debajo del récord de 4200 MW.

La demanda se generó en un día con altas temperaturas y la definición de alerta naranja por parte del Servicio Meteorológico Nacional.

En la Ciudad de Buenos Aires la temperatura máxima superó los 35 grados.

Provincias como San Juan y Formosa encabezaron el ranking con los registros de mayor temperatura del país. En esos lugares el Servicio Meteorológico Nacional estableció el alerta violeta.

EDES: el círculo virtuoso de innovar y mejorar los servicios

«Realizamos varios cambios tecnológicos apuntando a la eficiencia en el uso de energías”, dijo Gonzalo Isla Vieyra.

En su compromiso de operar en forma exitosa y responsable, creando excelencia en seguridad, desempeño y servicios a la comunidad, la empresa EDES continúa innovando en procesos digitales, los cuales redundan en el cuidado y la preservación del medio ambiente.

“Estamos pensando permanentemente en el medio ambiente, con acciones concretas y que tienen un círculo virtuoso, ya que también permiten mejorar los servicios que se les brindan a los usuarios”, señaló Gonzalo Isla Vieyra, gerente de Sistemas de la compañía que provee de electricidad a casi 200.000 hogares, comercios, escuelas, hospitales e industrias de Bahía Blanca y el sur bonaerense.

En su área de concesión, que abarca 76.500 km2, abastece a más de 13 localidades.

“En el área que me compete, hace 3 años que venimos desarrollando el proceso digital de la empresa, en el cual realizamos varios cambios apuntando a la eficiencia en el uso de energías”, agregó Isla Vieyra.

Precisamente, la misión de EDES es distribuir la energía en forma sustentable, segura y eficiente.

“Muchos procesos ya son íntegramente digitales, lo que nos permite, entre otras cosas, no utilizar papel, reducir el consumo de energía eléctrica ni generar el uso indebido de combustibles”.

Y agregó: “Por ejemplo, hasta no hace mucho tiempo atrás, los usuarios de nuestros servicios, que son alrededor de 200 mil en Bahía Blanca y la zona de influencia, debían trasladarse hasta nuestras oficinas para efectuar trámites, pagos o consultas. Hoy, todo se puede hacer desde el hogar en nuestra plataforma de sucursal virtual. Antes, esas personas, alrededor de 1.200 por día, debía trasladarse hasta alguna sucursal, en su mayoría utilizando un automóvil o algún medio de transporte a motor”.

La simplicidad del uso de las conexiones remotas fue un gran acierto para lograr el objetivo.

“A la plataforma se puede acceder desde cualquier teléfono o PC o bien a través de una aplicación especialmente diseñada para que sea sencilla de utilizar. Y a su vez también nos asociamos con distintos puntos de cobranza, para que la movilidad sea mínima. En ese tren, se suma el servicio de boletas digitales, con lo que se evita el uso desmedido e innecesario del papel”.

EDES fue la primera empresa de servicios del país en utilizar una aplicación masiva para realizar cualquier tipo de trámites.

“En diciembre de 2019 lanzamos un canal de comunicación, vía whatsapp, para realizar todo tipo de trámites. Se puede interactuar en línea con los sistemas de la empresa, los 365 días del año, las 24 horas. Permite requerir cualquier tipo de información sobre el suministro propio y hasta incluso pagar la boleta por esa vía. Tuvo una llegada y una aceptación muy importante”.

“Para nosotros fue ordenar un proceso interno y simultáneamente volcar más servicios a los usuarios y contribuir al cuidado del medio ambiente con acciones concretas”.

El dilema de ser sostenible y sustentable a la vez es una meta conseguida en esta empresa del grupo DESA SA.

“No hay dudas que todas las empresas deben apuntar a ser sostenible y sustentable. Este grupo empresarial, en el que EDES es una de ellas, hace mucho foco en este sentido. Todo lo que se desarrolla tiene que llevar una innovación tecnológica apuntada al cuidado y preservación del medio ambiente. Y para eso se deben optimizar todos los procesos”.

“La cantidad de herramientas tecnológicas que hemos incorporado, que redunda a su vez en la preservación del medio ambiente, para mejorar el servicio que le brindamos al usuario es notoria. Para ello se necesitó una inversión muy importante”, cerró Isla Vieyra.

Fuente: lanueva.com

La exportación de energía eléctrica alcanzó su máximo desde 2001

La baja demanda local por la pandemia y la sequía en Brasil que afectó a las hidroeléctricas influyeron en un nuevo escenario de integración energética.

La pandemia del Covid-19 es un hecho inédito a nivel global difícil de comparar con otros contextos, sin embargo al hablar de datos duros es posible contrastar este año con otros, como por ejemplo el 2001. Toda referencia a ese período pone en alerta al país; pero también en contextos de crisis, con el agregado de factores no manejados como una sequía en Brasil, se pueden dar variables positivas. Una es que durante el 2020 la exportación anual de energía eléctrica argentina alcanzó un valor récord que no se registraba desde hace 19 años.

De acuerdo con un informe de Energy Consilium, hasta diciembre de este año la exportación a Brasil se mantuvo en un alto nivel y alcanzó máximos diarios de 54 GWh, lo que acumuló un valor de 2.132 GWh, lo que representa para el país la máxima exportación anual de energía eléctrica desde el año 2001.

Varios factores influyeron en este resultado -que para sumar datos, equivale al 2% del total de GWh requeridos por la Argentina-. Según analiza la consultora que dirige el exministro de Energía y Minería de la gestión macrista, Juan José Aranguren, se explican principalmente por “la baja demanda local como consecuencia de la situación socioeconómica y de las medidas adoptadas por el gobierno nacional para enfrentar la pandemiaSARS-CoV-2, acompañada por un sistema eléctrico más robusto que el de años anteriores, en un contexto de baja hidraulicidad en Brasil y elevados precios marginales en su sistema eléctrico sur”.

No obstante, el estudio de la firma del expresidente de Shell agrega que la menor disponibilidad de gas natural “como consecuencia de la caída de la producción local, evidenciada desde el invierno del año 2019”, derivó en “una mayor importación de gas natural de Bolivia, por encima del monto de Tomar o Pagar (ToP) del contrato vigente”, y en “un mayor consumo de combustibles líquidos, más onerosos y contaminantes que el gas natural”.

Esos aspectos se enmarcan, a decir del análisis, en un contexto de baja demanda local de energía eléctrica y gas natural, y se evalúan como “otro indicio más de lo ajustado que se encuentra el sistema gasífero argentino en la actualidad y de la necesidad de que sea exitoso el recientemente lanzado programa Gas.Ar”.

Entre otras conclusiones que se contemplan en el informe se destaca que si bien la Argentina tiene una posición ventajosa en la región para ser un exportador neto de energía, “para consolidar ese rol es necesario que se establezcan reglas claras, con un amplio apoyo interno que impida que, ante la primera dificultad o impacto en los precios internos debido a las exportaciones, se opte nuevamente por interrumpir los intercambios”.

En ese sentido, señala que en el caso eléctrico, para que eso suceda “es fundamental recomponer el mercado mayorista eléctrico (MEM) bajo un marco de mercado competitivo”.

Durante el mes de octubre el costo medio del sistema fue de 53 US$/MWh, con un precio de exportación a Brasil de aproximadamente 74 US$/MWh. Con eso datos, la consultora indica que “la exportación de energía eléctrica se realiza a precios competitivos para el sistema en su conjunto”.

Sin embargo, añade que “la mayor demanda asociada a la exportación implicará un mayor costo de abastecimiento del MEM. Debido a la aún vigente intervención y asignación de costos en el MEM, dicho costo es íntegramente traslado a la demanda de Grandes Usuarios del MEM, no así a la demanda de distribuidores”.

En su Informe de Coyuntura Energética de 2019, Energy Consiliumafirma que en el cono sur de Latinoamérica existe una infraestructura de interconexión eléctrica (centrales hidroeléctricas binacionales, líneas de transmisión de energía eléctrica, interconectando de a pares a Argentina, Chile, Brasil y Uruguay) que ha sido subutilizada en los últimos años, particularmente la que vincula a la Argentina con los países vecinos. Esa infraestructura está disponible, señala la consultora, y “puede permitir un rápido crecimiento de los intercambios sin la necesidad de inversión inmediata para expandirla”.

Además de las centrales hidroeléctricas binacionales, de acuerdo con el Informe, la mayor interconexión eléctrica del país es la que une la estación transformadora Rincón Santa María en la provincia de Corrientes con el subsistema sur de Brasil (Garabí). En el marco de los acuerdos binacionales ‘Protocolo de Intención sobre Cooperación e Intercambios Energéticos’ de abril de 1996 y el ‘Memorando de Entendimiento sobre el Desarrollo de Intercambios Eléctricos y Futura Integración Eléctrica’ de agosto de 1997, más los contratos de venta de potencia firme con energía asociada entre privados -para los cuales fue necesario reglamentar un procedimiento particular (Res. Secretaría de Energía y Puertos 21/1997)-, en los años 2000 y 2002 se inauguraron dos interconexiones con una capacidad de transmisión total de 2.100 MW y sus estaciones conversoras de frecuencia.

“La mayor exportación de energía eléctrica ocurrió en el período 2000-2001, coincidente con la crisis brasilera de abastecimiento hidroeléctrico del año 2001, cuya principal causa fue la importante sequía que afrontó dicho país (un escenario similar influyó este año), la abundancia de gas natural local y la elevada oferta hidroeléctrica de la Argentina”, enumera el estudio.

En paralelo, la consultora identifica que “la crisis argentina de fines del 2001 marcó un quiebre en el proceso de integración regional, y las políticas energéticas implementadas en los años siguientes fueron restringiendo crecientemente los intercambios energéticos entre Argentina y sus vecinos”.

En rigor, el dato de la crisis como cambio abrupto de escenario muestra una interrupción de las exportaciones de gas natural, y reducción de las exportaciones de energía eléctrica sólo a intercambios de emergencia, lo que para el análisis de Energy Consilium, “impidió capturar todo el valor disponible en los largos períodos de alto precio de electricidad en Brasil durante los cuales los intercambios hubiesen sido muy atractivos para Argentina”.

En términos generales, la consultora concluye que “esas interrupciones fueron la consecuencia de un ciclo de desinversión generado por políticas internas de nuestro país” que llevaron a que se redujera la exportación en los años subsiguientes, “convirtiendo al país en un importador neto de energía eléctrica en los períodos 2012-2013 y 2017-2018, hecho que no ocurría desde el año 1997”, completa.

Fuente: lmneuquen.com

Por el congelamiento de las tarifas, el Gobierno duplicó este año el gasto en subsidios

Destinó $615.000 millones para subvenciones a energía y transporte, un 101% más que en 2019. Cuánto deberían aumentar las tarifas en 2021 para evitar un mayor retraso.

El congelamiento de tarifas que sostuvo a lo largo del año el Gobierno nacional lo obligó a duplicar en 2020 los fondos destinados a cubrir parte del costo de las tarifas para los usuarios, en comparación con el año anterior. La velocidad a la que el Poder Ejecutivo pueda iniciar un proceso de recomposición de precios de los servicios públicos será clave para determinar cuánto podrá Martín Guzmán reducir el déficit fiscal en 2021.

De acuerdo a datos fiscales oficiales hasta noviembre, en los primeros once meses del año el Gobierno gastó en subsidios económicos unos $615.000 millones, es decir un 101% más en términos nominales en relación a los $305.000 millones que el Estado había desembolsado a esa altura del año anterior. En términos reales implicó un aumento del peso en el Producto Bruto de 1,6% a 2,6%, según estimó la consultora Ecolatina.

En esa partida presupuestaria se encuentran las subvenciones otorgadas por el Ejecutivo no solo a la energía eléctrica sino también al costo del transporte público, que también se mantuvo fijo durante 2020 por decisión del presidente Alberto Fernández como una de las medidas destinadas a evitar un impacto mayor en el bolsillo en medio de la crisis sanitaria.

El congelamiento de tarifas implica que el Estado pasa a hacerse cargo de una porción mayor del costo de la energía. Si el precio que pagan los usuarios no cambia, los aumentos en el valor de producción y distribución del gas o la luz -por ejemplo, por una devaluación- deben ser cubiertos con subsidios, que se canalizan por distintas vías.

En el caso de la energía eléctrica, la mayor parte de los subsidios son dirigidos a Cammesa, la compañía estatal que compra de forma mayorista el suministro a los productores. Con tarifas congeladas, las distribuidoras acumulan deudas con Cammesa y el Estado nacional debe salir a cubrir esa diferencia con subvenciones.

Para el gas no existe un Cammesa que actúe de intermediario entre productoras y distribuidoras y, por ende, que pueda ser objeto de subsidios oficiales. Según un informe de la consultora Econométrica, el volumen de las deudas que las nueve distribuidoras de gas mantienen con productores asciende a $57.436 millones.

El ritmo al que el Poder Ejecutivo necesitó cubrir los costos extra que generó el congelamiento de tarifas fue en aumento a lo largo del año. En enero, por ejemplo, precisó $18.400 millones para subvenciones a la energía. Hacia septiembre ya se había cuadruplicado y el insumieron al Tesoro $74.000 millones.

Según Ecolatina, en términos generales los precios treparon en torno al 3% promedio mensual desde el primer semestre de 2019 (cuando comenzó el congelamiento de tarifas durante el Gobierno de Mauricio Macri), por lo que acumularon una suba del 80%. “En cambio, las tarifas de servicios públicos (luz, gas, agua y transporte) avanzaron al ritmo de 0,5% mensual, acumulando un incremento cercano al 10%”, estimaron.

Congelamiento: problemas en las empresas

El esquema de tarifas congelados supone no solo un obstáculo fiscal para el Gobierno sino problemas para las empresas del sector. De acuerdo a un informe de Ieral, la facturación de las compañías distribuidoras de gas y de energía eléctrica cayó en términos nominales en el tercer trimestre, según información presentada a sus inversores.

“En el caso de la distribución de gas, la facturación del tercer trimestre del año retrocedió 1,2% interanual (un movimiento inédito para la serie desde 2014), dato que compara con el incremento de 100,6% interanual observado durante idéntico período de 2019?, explicó Ieral. Al mismo tiempo, hubo un retroceso en los costos de venta de 26%.

De todas formas,” la rentabilidad neta, medida en términos de la facturación, pasó a terreno positivo a partir de 2016, hizo un pico de 17,6% en 2017, para luego perder terreno hasta 5,1% de la facturación este año”, concluyó Ieral.

Para el caso de la distribuidoras de luz, “la facturación cayó 6,9% interanual en el tercer trimestre; luego de crecer 98,6% en idéntico trimestre de 2019. En este caso también, los costos de venta cayeron más profundamente en el tercer trimestre: 96,3%”, reportó.

“A pesar de la baja en la incidencia de costos, los márgenes en términos de la facturación se han prácticamente extinguido. En efecto, luego de haber logrado una mejora sustancial a partir de 2016 mediante una recomposición tarifaria, ahora tienden a cero”, concluyó Ieral.

La acumulación de deudas de las empresas distribuidoras puede suponer un problema a futuro, según Econométrica. “En ambos casos (Edesur y Metrogas) enfrentan una delicada situación económico-financiera y queda claro que cada mes que permanece el congelamiento tarifario aumentan las deudas, aumentan las pérdidas y se reduce la capacidad de atender las inversiones necesarias a fin de mantener el servicio. En síntesis, el sistema se encamina a la cesación de pagos”, explicaron.

Parte de la solución para los balances de las empresas podría llegar en el Presupuesto 2021. “Los Artículos 87 y 88 del Presupuesto recientemente aprobado implican la posible condonación de gran parte de las deudas que las distribuidoras mantienen con Cammesa y que parte de las deudas que Cammesa mantiene con generadores sean asumidas por el Tesoro Nacional”, publicaron los economistas expertos en energía Julián Rojo y Alejandro Einstoss.

Las tarifas en 2021: la puja política y la necesidad fiscal

El Gobierno afrontará el año de elecciones legislativas con una cuenta de subsidios a los servicios público cada vez mayor, que terminarán por acumular un atraso de 80%, según estimaciones privadas. El timming para recomponer tarifas -lo que implicaría un impacto a la economía de los hogares y además un recalentamiento de la inflación- quedará en el medio de la puja entre las dos necesidades: la fiscal y la política.

Más allá de eso, el Gobierno dio el primer paso administrativo para iniciar el descongelamiento. A través del Decreto 1020/2020, publicado hace diez días en el Boletín Oficial, el Poder Ejecutivo habilitó la renegociación tarifaria de la luz y el gas, que tendrá al Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) y al Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS) al frente del proceso.

Los dos entes estarán al frente del proceso, y tendrán para eso un plazo que no podrá exceder los dos años desde su entrada en vigencia. Sin embargo, ambos organismos dependientes de la Secretaría de Energía podrán prever “adecuaciones transitorias de tarifas”. Los entes reguladores deberán organizar un banco de datos del proceso de renegociación, llevar adelante los regímenes de audiencia pública, de consulta pública y de participación ciudadana que resulten pertinentes.

Días antes, el secretario de Energía Darío Martínez había asegurado que los aumentos se implementarán entre marzo y abril con un esquema diferenciado, según los ingresos de cada usuario. De esta forma, el funcionario confirmó que un porcentaje de la población tendrá una tarifa subsidiada. “Esto no implica aumentar el porcentaje de los subsidios respecto al PBI, sino mantenerlo constante pero usarlo de mejor manera”, explicó.

“El presidente Alberto Fernández nos pidió trabajar por una tarifa justa, razonable y que se pueda pagar. Pero sobre todo nos pidió hacer del servicio público de gas por redes, no un bien de lujo como se convirtió con (Mauricio) Macri y (Juan José) Aranguren, sino un derecho social, un servicio público esencial que además guarda estrecha relación con el derecho a una vivienda digna, tal y como consagra la Constitución Nacional. Este es el norte de lo que habrá de suceder de ahora en más”, había asegurado ante Infobae el interventor de Enargas, Federico Bernal.

Fuente: infobae.com