Gobierno firma plan quinquenal de infraestructura con China

El convenio con China impulsará obras estratégicas, como la central nuclear Atucha III, las represas Kirchner y Cepernic y la ampliación del parque fotovoltaico Cauchari en Jujuy.

En días en que la escasez de divisas se ve agravada por la incertidumbre que generan las tensiones con el FMI, Argentina firmará un principio de acuerdo con China para llevar adelante un megaplán de infraestructura. Las obras a financiar van desde la construcción de la IV central nuclear, hasta la modernización de las redes ferroviarias, pasando por la ampliación del parque fotovoltaico Cauchari, entre otras. Las primeras aproximaciones hablan de que los desembolsos estimados alcanzarían los u$s35.000 millones.

A pesar de que las negociaciones con el organismo internacional de crédito no se cerraron, el Ejecutivo avanzará en la declaración conjunta con el gobierno de Xi Jingping que configura un paso fundamental para el financiamiento multimillonario. Fuentes oficiales, anticiparon que, si bien el total es difícil de calcular por la priorización de obras, se estiman en unos u$s35.000 millones durante todo el período.

El volumen de las inversiones está directamente relacionado con el tamaño de las obras a realizar. Se trata de iniciativas a gran escala, como Atucha III cuyo costo total se estima en torno a los u$s8.500 millones. En este caso, el financiamiento contaría con cinco años de gracia y el crédito comenzaría a pagarse cuando el reactor entre en funcionamiento. El acuerdo contemplaría la transferencia de tecnología y la integración de proveedores locales para expandir el efecto sobre empleo e industria.

De acuerdo a lo que pudo averiguar este medio, en el listado de obras del documento que firmará el canciller Santiago Cafiero también aparecerán las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, para las cuales se deberá concretar una adenda por modificaciones en el proyecto inicial. En este caso, los desembolsos ascenderían a los u$s 4.000 millones y la finalización del proyecto está estimada hacia 2027.

Al mismo tiempo, se impulsarán proyectos de energías renovables como la ampliación del parque fotovoltaico Cauchari ubicado en la provincia de Jujuy. El avance se daría sobre las etapas 4 y 5 del plan, la inversión estimada ronda los u$s 400 millones y podría aportar a Cammesa unos 715 MW de potencia. En el mismo sector, aparece el Parque Eólico Arauco y están previstas obras en el segmento de la distribución y en el sistema de gasoductos.

Si bien el documento incluirá un apartado de inversiones en comunicaciones, fuentes oficiales aclararon que no habrá novedades sobre el avance del 5G. En ese sentido, adelantaron que ese punto estará centrado en programas de conectividad y fibra óptica. “Nos falta mucho aún para implementarlo porque se basa en infraestructura previa, Argentina precisa aún reforzar el 3G y 4G”, sobre ese punto.

El plan quinquenal se da en el marco de la Asociación Estratégica Integral que Argentina y China firmaron en el 2004 y también incluirá un proyecto para modernizar las redes ferroviarias.

Fuente: www.ambito.com

Por primera vez el Estado generará un ahorro con las regalías petroleras

Mientras las regalías vienen con un crecimiento de 106% en 2021, este año comenzó a regir el fondo que guardará recursos de las exportaciones de petróleo y gas. El vicegobernador Koopmann buscará reformarlo para financiar obras en 2023.

Este año, por primera vez en la provincia, parte de la renta que genera la actividad petrolera comenzará a ahorrarse para las épocas de crisis. Desde el 1º de enero, rige el Fondo de Estabilización y Desarrollo del Neuquén (FEDEN), sancionado en 2020 por la Legislatura provincial. Se estima que durante 2022 recibirá, entre 2.500 y 4.000 millones de pesos, cifra que dependerá de cómo evolucione la exportación de petróleo y gas desde Vaca Muerta.

La reactivación que mostró durante 2021 la industria hidrocarburífera impactó en la producción de Neuquén, que en petróleo fue la más alta en 17 años y creció 30% con respecto a 2020; y que en gas tuvo una mejora del 6,8%.

Ese explosivo crecimiento productivo se tradujo en un aumento interanual del 106% de las regalías totales, que el año pasado ascendieron a 73.012 millones de pesos, según informaron desde el gobierno provincial a +e. Si se descuenta la inflación anual que en Neuquén fue del 46%, en términos reales los ingresos del estado provincial por la extracción de petróleo y gas mejoraron un 60%, y estuvieron un 33% por sobre lo presupuestado para el año pasado (54.522 millones de pesos).

En ese contexto de mejora de los ingresos, debutará el FEDEN, que tendrá disponible los fondos correspondientes a enero luego de la segunda quincena de marzo, cuando se terminen de ajustar las diferencias de regalías correspondientes al primer mes del año.

El Fondo se financiará con recursos equivalentes al 50% de las regalías correspondientes a la producción exportada de petróleo y gas, o el 20% del excedente que surja entre las regalías mensuales por abastecer al mercado interno y su promedio de los últimos 36 meses ajustados por el Índice de Precios al Consumidor de bienes y servicios para la Ciudad de Neuquén, cuando no haya saldos exportables.

El FEDEN está constituido por el Subfondo Anticíclico y el Subfondo de Desarrollo. El primero tiene como objetivo de amortiguar caídas en los ingresos corrientes de la Administración pública provincial y asistirla en situaciones de desastres y emergencias sanitarias (endemias o pandemias) previamente declaradas como tales por la Legislatura. Mientras que el segundo está destinado a fomentar la diversificación de la matriz productiva y el desarrollo sostenible de la provincia.

Como está redactada la ley, primero debe “llenarse” el Subfondo Anticílico con el equivalente al 20% del presupuesto provincial, para luego activarse el Subfondo de Desarrollo. Alcanzar ese volumen de recursos llevaría al menos un par de años.

Sin embargo, el vicegobernador Marcos Koopmann, en diálogo con +e, adelantó que ya trabaja en la propuesta de una reforma que presentará antes de mitad de año.

“Vamos presentar una propuesta de modificación, donde de la mitad de los ingresos vaya al Anticíclico y la mitad al fondo de Desarrollo”, dijo el presidente de la Legislatura y principal articulador del debate que consensuó la creación del FEDEN.

“Durante 20 y 30 años el mundo va a consumir petróleo a los niveles actuales, pero cuando el mundo empiece a dejar de consumir petróleo, nos va quedar una sobreoferta, va a bajar el precio y nuestra matriz de ingresos se va a ver muy afectada. Por eso tenemos que empezar a desarrollar otras actividades en la provincia como el turismo, la producción primaria de calidad de productos diferenciales por las características de nuestro suelo, aire y agua, ciencia y tecnología, energías renovables, y convertirnos en una provincia de servicios porque somos la entrada a la Patagonia y la conexión con Chile”, explicó Koopmann.

El objetivo es que se apruebe la reforma este año para que las obras sean incluidas en el presupuesto provincial de 2023.

“Lo importante es que el FEDEN ya entra en aplicación, y la producción viene en sintonía con diciembre, que fue muy bueno. Hay que ver de eso cuánto se exporta para ver cuánto va al fondo”, señaló.

“Es una herramienta estratégica de desarrollo para la provincia, que busca estabilidad. Frente a cualquier caída extraordinaria de los ingresos, como pudo haber sido la pandemia, o alguna situación como fue el volcán que afectó a Villa La Angostura en 2011, habrá una reserva disponible de forma inmediata”, indicó Koopman.

Agregó que la idea es no repetir lo sucedido con los ingresos obtenidos por la renegociación de Loma La Lata “que los recursos extraordinarios después se fueron todos en gastos corrientes”.

“Cuando se empiecen las obras de desarrollo también se demostrará todo el derrame de Vaca Muerta, no sólo en regalías y en impuestos, sino también en obras que se realizan en otras regiones donde no hay producción petrolera”, agregó el vicegobernador.

Por otro lado, indicó que se piensa mantener la estabilidad fiscal en la provincia. “Hace seis años que Neuquén no sube los impuestos”, comentó.

 

Además, apuntó contra el gobierno nacional por la indefinición del futuro de las concesiones del sistema de transporte de Oldelval y en la terminal de Ebytem en Puerto Rosales, que vencen en 2025 y necesitan inversiones millonarias para apalancar el crecimiento de las exportaciones de shale oil.

“La inacción de Nación le va a poner un techo al desarrollo de Vaca Muerta porque con la reactivación de OTASA este año, que sumaría unos 100 mil barriles diarios de transporte, ya para el año que viene no alcanzará”, agregó el vicegobernador.

Destacó que se necesitan inversiones del orden de los 1.500 millones de dólares para ampliar la capacidad de transporte de crudo, que no van a llegar si no se prorrogan o vuelven a licitar los sistemas concesionados.

COMPRE NEUQUINO

El vicegobernador adelantó que durante febrero citará a los diversos actores de la industria hidrocarburífera para discutir la reforma a la Ley de Compre Neuquino, que el año pasado casi no tuvo avances en la Legislatura.

“Es una ley resistida porque es una industria muy tradicional, todo status quo que se quiera modificar genera sus miedos. Buscamos un win-win, todos ganan cuando hay más empleo, más pymes locales. No queremos una cartelización, que tres o cuatro empresas se queden con todo el mercado. Queremos que aparezcan nuevas empresas locales que tengan mayor participación en la cadena de valor”, dijo Koopman.

“Todos deben estar en la discusión: el sector público provincial, los diputados, los sindicatos, pymes, operadoras, todas las empresas de la cadena”. aseveró. Y agregó: “Así como estamos destinando parte de la renta a la transformación de la provincia, queremos que parte de la renta de la cadena de valor quede en las pymes locales para que vuelvan a reinvertir en Neuquén. Con la crisis de 2020 y 2021, las que sostuvieron el empleo en la provincia fueron las pymes locales”, comentó Koopman.

Aseveró que “Las operadoras no tienen que sentirse afectadas” porque se harán los “cambios que sean necesarios para que salga un proyecto consensuado, debatido y de real aplicación”.

Fuente: mase.lmneuquen.com

Petróleo: producción de diciembre fue la más alta desde 2012

La producción de petróleo alcanzó en diciembre de 2021 los 559.000 barriles diarios, y representó el mejor desempeño desde octubre de 2012, según informó ayer la Secretaría de Energía.

La cantidad de barriles diarios del mes pasado fue superior a los 557.000 de noviembre y tuvo una participación del 38% de producción no convencional, que tuvo un crecimiento interanual del 64%.

El secretario de Energía, Darío Martínez, expresó al respecto que “le dimos reglas claras y previsibilidad a la actividad y mes a mes aumentó la producción”. “Esto nos permite generar más energía para acompañar el proceso de crecimiento que está viviendo Argentina”, agregó.

Martínez resaltó que “cuando un país produce más, genera más trabajo, más pymes abren sus puertas y se suman al sector, desarrollamos más valor agregado y más tecnología nacional. Todos aspectos claves para la reactivación económica que atravesamos”.

Vaca Muerta, clave

La producción total de petróleo superó en un 14% a la del mismo mes de 2020, y el gran aporte vino de Vaca Muerta. Al respecto, Energía precisó que en diciembre “se produjeron 212.000 barriles diarios de petróleo no convencional (shale y tight), un 4% más que en noviembre y casi un 64% más en comparación con el mismo mes del año pasado”.

En base al crecimiento del segmento no convencional, Martínez afirmó que “desde que asumimos pusimos toda nuestra energía en desarrollar este sector clave para la reconstrucción argentina, y eso está dando grandes resultados”.

En sintonía con los números nacionales, la provincia de Neuquén -donde se localiza el área de Vaca Muerta- mostró un crecimiento en la producción total de petróleo de un 3% respecto de noviembre y de un 49% interanual. La no convencional, por su parte, lo hizo en un 4% y un 66% respectivamente.

La Secretaría de Energía señaló que “la actividad en todo el territorio se encuentra en alza y ya superó los números pre pandemia”. En ese sentido, destacó que “la producción total de petróleo de diciembre superó los valores de febrero de 2020 en casi un 6%, mientras que la producción de petróleo no convencional superó esos valores en un 69%”.

Gas

En tanto, en cuanto a la producción de gas de diciembre se informó que fue la mejor para ese mes de los últimos trece años, con un total de 129 millones de metros cúbicos aproximados por día, según los datos aportados también por la Secretaría de Energía.

De esta forma, se cerró “un 2021 histórico marcando un nuevo récord”, con niveles “impulsados principalmente por la producción no convencional, que continúa creciendo y ya representa un 52% del total”, destacó el secretario Martínez en un comunicado.

El funcionario se mostró además “muy contento con la producción histórica que logramos durante el 2021” en el que se batieron “récords de producción durante meses consecutivos, produciendo más gas argentino que nunca en nuestra historia”, según señaló.

Energía resaltó que “la producción no convencional sigue en alza” y, al respecto, indicó que el mes pasado se produjeron un total de 67 millones de metros cúbicos aproximados por día, lo que significa un crecimiento interanual del 43%, superando en un 20% los niveles que se tenían en febrero del 2020 antes del inicio de la pandemia de coronavirus. Destacaron, también, el impulso que el Plan Gas dio a la producción durante el año pasado.

Fuente: www.ambito.com

Por Rogelio Pagano «Necesitamos recomponer los factores que hacen a la sostenibilidad de la energía»

Rogelio Pagano afirmó al medio Ambito Financiero «El sector de energía eléctrica mostró durante 2021 una progresiva recuperación de la demanda, principalmente en la actividad industrial y comercial, a partir de la paulatina normalización de las actividades económicas que fueron observándose una vez superadas las restricciones sanitarias». En ese sentido, se puede afirmar que la demanda en el país ya alcanza niveles semejantes a la que registraba en 2019, previo a la pandemia.

 

Rogelio Pagano

De cara a 2022, para que la demanda pueda seguir el rumbo de crecimiento y sostener la recuperación macroeconómica –para lo cual el abastecimiento de energía es condición indispensable- es necesario recomponer también los factores que hacen a la sostenibilidad de la oferta energética en todos sus segmentos.

EmergenciaDurante estos casi dos años de emergencia sanitaria, sumada a la ya existente emergencia energética declarada en el año 2019 por la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva en el Marco de la Emergencia Pública, las autoridades agregaron diversas medidas para asegurar que todos los usuarios del país tuvieran garantizado su suministro eléctrico en ese difícil contexto de restricciones. El peso de esas medidas, justificadas en la excepcionalidad del contexto en pandemia, recayó fundamentalmente en las empresas que operan el servicio eléctrico, especialmente a través de congelamientos de sus ingresos (el cual en nuestro caso data desde el inicio del 2019) en un escenario fuertemente inflacionario y limitaciones a la suspensión de suministro por falta de pago, entre otras medidas. Así como también en el esfuerzo de sus operarios y equipos de trabajo que, aun en los momentos de mayor confinamiento general, siguieron recorriendo y manteniendo las redes en cada localidad del país para asegurar la continuidad de un servicio que, frente a esa realidad, se hizo más esencial que nunca.Cambio climáticoSin embargo, es evidente que el impacto de esas acciones no ha sido menor y es esperable que prontamente se adopten medidas que permitan ir regularizando, a partir del inicio de 2022, los parámetros económico-financieros de las empresas del sector. Ello posibilitará afrontar los desafíos no sólo de corto plazo, como así también la atención de los picos de consumo (que se producen normalmente en una temporada de verano que se inicia) de la misma manera, que las necesidades de inversión (con su efecto multiplicador en toda la economía) de mediano y largo plazo, donde el sector de energía tiene un rol central como pilar del desarrollo social y económico del país.A su vez, es imprescindible tener en cuenta su papel fundamental frente al reto global del cambio climático y la necesaria modernización de los sistemas de producción, consumo de energía y la incorporación de la domótica, que facilitará la vida en los hogares, pequeños y medianos comercios/empresas y la industria.En particular, el sector de distribución eléctrica en el que actúan nuestras empresas presenta hoy situaciones muy dispares. En 2021, buena parte de las provincias del país ha reconocido el incremento de los costos generales sufridos en estos últimos dos años y ha dado lugar a adecuaciones tarifarias tendientes a acompañar esas variaciones de costos, evitando atrasos demasiado significativos que hagan insostenible la calidad del servicio y cuya recomposición requiera luego de saltos tarifarios de mayor magnitud. Esto sería más difícil de absorber por parte de la población, en una industria en la que, además, el tiempo perdido en inversiones que se postergan es siempre difícil de recuperar. Las jurisdicciones han mantenido congelados sus cuadros tarifarios y estarán más urgidas para adoptar medidas de regularización y minimizar esas consecuencias.En cualquier caso, el sector eléctrico en general y, particularmente, las empresas que brindan el servicio de distribución, este año han demostrado una vez más su alto nivel de compromiso y profesionalismo para adaptarse a contextos cambiantes y complejos, incluso a situaciones extraordinarias como la que nos trajo el covid-19. Aún con dificultades y limitaciones estuvieron a la altura de las exigencias, conscientes de su responsabilidadde llevar a cada hogar un bien esencial. Las medidas de recomposición económica que se esperan para 2022 permitirán dar continuidad a esa tarea y retomar el camino de inversión, modernización e innovación tecnológica.

Rogelio Pagano CEO y Presidente de Grupo DESA.

Fuente: www.ambito.com

Vaca Muerta en la crisis energética global: ¿cómo aprovechar la ventana de oportunidad?

La coyuntura de altos precios de la energía invita a pensar una vez más en Vaca Muerta como un polo de producción y exportación de referencia mundial. Por cuánto tiempo se presentará esta chance y qué debería hacer Argentina para intentar aprovecharla.

La fuerte suba de los precios de la energía se mostró este año en sintonía con la reactivación de la economía, reflejando el desajuste entre la demanda y la producción de hidrocarburos durante la pandemia. No obstante, atribuirle a la crisis sanitaria lo que está ocurriendo con los precios sería un error.
El coronavirus exacerbó tendencias preexistentes, bien conocidas en la industria petrolera: recorte global en el capex en Oil & Gas luego del derrumbe de los precios internacionales en 2014, políticas de transición energética que limitan o impiden el desarrollo de nuevos recursos y presiones crecientes de los inversores para que las petroleras repartan ganancias y redefinan su modelo de negocios, alejándose de los hidrocarburos. La coyuntura de altos precios de la energía invita a pensar en la ventana de oportunidad que Argentina tiene para transformar a Vaca Muerta en un polo de producción y exportación de referencia mundial. Para analizar esa oportunidad que se abre, TRAMA convocó a Daniel Gerold, presidente de G&G Energy Consultants; Luciano Caratori, consultor y exsubsecretario de Planeamiento Energético; y Carlos Gilardone, presidente de la consultora Field Development Consultants, para analizar esa oportunidad que se abre, ver cuánto tiempo podría estar disponible y, sobre todo, qué tendría que hacer Argentina para aprovecharla.

Ventana de oportunidad

La suba en los precios de la energía evidencia un claro desequilibrio entre la oferta y la demanda de gas y petróleo. La ventana de oportunidad está fuertemente influenciada
por ese desequilibrio, pero la dificultad radica en identificar los elementos estructurales que explican por qué faltarán hidrocarburos y cómo interpretarlos.

La desinversión en producción de hidrocarburos por parte de algunas de las grandes petroleras de Europa y Estados Unidos es un elemento central muy presente en la discusión. Daniel Gerold, presidente de G&G Energy Consultants, considera que los mayores productores de petróleo están invirtiendo menos a pedido de sus accionistas y las entidades que financiaban la actividad petrolera se están reduciendo. «Hay un entorno de época que considera que invertir en petróleo y gas es negativo. Eso va a reducir la oferta y no creo que la demanda pueda ser reemplazada por otra fuente de energía en el corto plazo», señala Gerold.

El desfasaje refleja una mayor cautela del sector financiero a invertir en hidrocarburos en un contexto de gran incertidumbre. Así lo entiende Luciano Caratori, consultor y exsubsecretario de Planeamiento Energético. «Estamos ante una época de muchísima incertidumbre, en la que todavía no se definió exactamente si superamos la crisis del coronavirus. A su vez, tenemos la cuestión de que pareciera que el ritmo de la transición en la oferta energética se descalzó del ritmo de la demanda. Eso fue lo que hizo que falten combustibles y disparó los precios», advierte Caratori.

Carlos Gilardone, presidente de la consultora Field Development Consultants (FDC), enfatiza que la fuerte disminución reciente en la inversión petrolera fundamenta la ventana de oportunidad. «Durante dos años, las principales compañías privadas y estatales recortaron su presupuesto de perforación en 4 trillones de dólares y ese petróleo hoy no está. Por la pandemia y el precio del petróleo no se perforó. Cuando no se perfora se puede mantener la producción durante un tiempo, pero luego empieza a declinar», dice Gilardone.

La subinversión está reforzando la perspectiva de una oferta futura de crudo inferior a la demanda y, por lo tanto, de precios altos. Gerold entiende que incluso pueden ser mayores. «El petróleo no esta tan alto, u$s 80 para el Brent es muy inferior a los u$s 147 de 2008 o los años que estuvo arriba de u$s 100. Existe esta sensación de que son precios muy altos, yo no concuerdo. Creo que vamos a ver precios incluso un poco más altos», analiza el presidente de G&G.

Para Gilardone, la brecha entre la oferta y la demanda no podrá ser cubierta por la producción de Estados Unidos y de los países de la OPEP al menos en el corto plazo, por lo que ve un entorno de precios medios, de entre u$s 70
y u$s 80. Pero advierte que la pandemia aún no terminó y puede generar disrupciones. «Con el temor a una nueva cepa, el barril Brent cayó. Eso puede afectar la ventana, pero en lo estructural se da una situación de mayor demanda y menor producción», matiza.

Caratori también ve una ventana de oportunidad para exportar hidrocarburos, pero señala que las decisiones de largo plazo no deben estar guiadas por la coyuntura de precios. «Las decisiones de largo plazo se tienen que tomar con un horizonte de largo plazo y con el sector privado asumiendo los riesgos aceptables sobre la base de la mejor información que tiene disponible. Esa mejor información está vinculada hoy con que pareciera que la transición energética se viene en serio, que eventualmente la demanda de petróleo va a comenzar a retirarse de una forma un poco más pronunciada», advierte.

Pero la transición energética también perfila una nueva oportunidad para el gas natural a través de la producción de hidrógeno, un mercado que promete crecer mucho en las próximas décadas.

Caratori ve potencial para la exportación de productos en base a hidrógeno azul, como combustibles sintéticos, amoníaco o acero bajo en emisiones, entre otros. Entiende que algunos de los principales mercados demandarán hidrógeno que sea netamente nulo o lo más bajo posible en términos de emisiones. «Los clientes van a querer un hidrógeno o derivado del hidrógeno que sea nulo o bajo en emisiones y que sea lo más barato posible, y estarán dispuestos a pagar un diferencial si es verde.
En ese sentido, el hidrógeno azul cumple con esos tres atributos: es hidrógeno, con captura de carbono y es más barato», explica el exsubsecretario.

Preparada para competir

A la hora de conectar el panorama internacional con la realidad nacional, los especialistas coinciden en un punto: el modelo factoría en Vaca Muerta maduró lo suficiente como para aprovechar la ventana de oportunidad que se presenta en el mundo.

Vaca Muerta registró récords de producción en 2021. La clave que explica la fortaleza actual de la formación no convencional en la provincia
de Neuquén reside en las ganancias de productividad alcanzadas por las empresas.
«El crecimiento de la producción de la Cuenca Neuquina impulsada por Vaca Muerta es bastante estructural y es derivado principalmente de las ganancias de productividad, tanto de shale gas como de shale oil que han logrado las empresas operadoras, los contratistas y los profesionales argentinos. Eso es estructural y creo que es muy positivo», destaca Gerold.

La incertidumbre por el devenir de la pandemia complica la proyección de la demanda y los precios del crudo, pero eso no implicaría una desventaja para la producción de shale oil.
«La buena noticia es que, en términos de oferta, el shale reacciona muy rápido. Eso les da la flexibilidad a las compañías para tener un pozo ya en producción en poco tiempo», dice Caratori.

Gilardone destaca que los recursos argentinos en gas y petróleo son vastos y que la ventana
de oportunidad es amplia para desarrollarlos, sobre todo en gas. «Consumimos 500.000 barriles por día, hoy estamos en 600.000 de producción y podemos llegar al millón tranquilamente», se entusiasma el ingeniero.

En el orden de prioridades, Gilardone considera que es necesario impulsar fuertemente la producción y exportación de petróleo. «¿El país necesita de divisas? Entonces transformémonos en un neto exportador de crudo», dice. Para lograrlo será necesario reforzar la infraestructura de transporte y de servicios petroleros. «Tenemos que ver si el sistema de Odelval es capaz de transportar más petróleo a Bahía Blanca, o si tenemos que volver a habilitar los oleoductos trasandinos con Chile», señala.

El panorama para exportar gas tiene una complejidad mayor. Es necesario proyectar nueva infraestructura de transporte y desarrollar los mercados de exportación. «Hay que darle importancia primaria al petróleo, y mientras tanto tomar compromisos serios con los países vecinos a quienes podemos abastecer de gas, tanto Brasil como Chile. El gas de Bolivia se acabó. Demos vuelta los gasoductos y exportemos gas a los vecinos», analiza Gilardone.

Los especialistas también rescatan el potencial que todavía tiene la producción de crudo convencional en otras cuencas del país. Caratori dice que «el mundo sigue teniendo un apetito por los crudos un poco más pesados, como el Escalante y otros, por lo que es importante no abandonar las cuencas que todavía tienen bastante que dar».

Cómo acelerar la producción

Para aprovechar la ventana de oportunidad resulta indispensable generar una corriente de inversiones mucho mayor que la actual.
El contexto macroeconómico argentino impone restricciones para las inversiones que son complejas de desarmar. Pero el crecimiento de la producción neuquina está garantizado si son removidas, gracias a la ganancia de productividad alcanzada.

Las restricciones para el ingreso y el egreso de los capitales y la falta de financiamiento local se ubican en el centro de las problemáticas. «Es necesario permitir que haya exportación, ingreso y egreso de capitales. Si traigo capitales tengo derecho a sacarlos», dice Gerold. Gilardone también destaca la importancia de la libre disponibilidad de las divisas generadas. «¿Por qué no se produce y exporta más petróleo? Primero, porque hay una restricción en el acceso al capital en Argentina. Segundo es que, como hay limitaciones para la entrada y salida de capitales, quién va a traer dólares si no puede llevárselos», puntualiza Gilardone.

Generar un mayor financiamiento local para la producción es un punto particularmente relevante, según el presidente de FDC. «Es necesario crear un acceso a un financiamiento local, simplificado y que sea relativamente más barato. Hoy los bancos en Argentina no prestan plata al privado, están para prestarle al Estado. No hay proyectos de inversión que se financien a través de bancos o son muy pocas las empresas que pueden acceder a eso. ¿Qué mejor que generar un sistema simple, sencillo y que la gente pueda aportar? En la Argentina no faltan dólares, la gente los tiene», señala Gilardone.

Para Gerold, la unificación del precio local del crudo que se les paga a los productores con el de exportación es un pilar central que ordenaría el panorama para la inversión. «La unificación de precios es muy importante, siempre con un fondo compensador que amortigüe para los consumidores el impacto vía disminución de impuestos, para pagar parte del costo de los combustibles. Mantener congelados los precios no me parece razonable», explica el presidente de G&G.

En un plano más general, Caratori considera que la inversión necesita un panorama de previsibilidad. «Hay que dejar de incorporar incertidumbre a las decisiones que toma el que corre el riesgo empresario. Muchas veces esas incertidumbres provienen de buenas intenciones, como por ejemplo el proyecto de Ley de Promoción de Inversiones en hidrocarburos.
Lo que hizo fue introducir una nueva categoría de incertidumbre, que es si sale o no el proyecto y qué dice y qué no. Hay que dejar de producir distorsiones tanto reales como en términos de percepción», señala.

Despejando el panorama para la inversión, Vaca Muerta reúne las condiciones necesarias para despegar con fuerza. «La producción está aumentando por las ganancias de productividad, pero no es que se invierte más dinero en el país, se está invirtiendo bastante menos de lo que se invirtió en los años previos a la pandemia y se aumenta la producción. Si bien esto es fantástico, lo que sería bueno es que con esa ganancia de productividad usted traiga más dinero para invertir y producir mucho más. Esa es la picardía, la oportunidad que me parece que estamos perdiendo», sintetiza Gerold.

Fuente: econojournal.com.ar